Si desde hace algunos años los estrenos que mejor funcionaban a nivel de audiencia en la televisión norteamericana eran comedias (el año pasado destacaron New Girl, 2 Broke Girls y Suburgatory), lo cierto es que este otoño ni siquiera las sitcoms les están funcionando demasiado bien a las networks estadounidenses. Y resulta triste, sobre todo porque los martes, con Go On en la NBC -la única que hace buenos números gracias a The Voice- y el bloque de comedias de Fox, formado por las veteranas Raising Hope y New Girl acompañadas de las novatas Ben and Kate y The Mindy Project, se han convertido en un pequeño paraíso cómico que he echado bastante de menos esta semana por culpa de las elecciones presidenciales. Y es que si tuviera que decir cuáles me parecen los mejores estrenos de esta temporada, los dos serían comedias.
Vale, sí, lo reconozco: Go On es un vehículo de lucimiento de Matthew Perry y el enésimo intento de relanzar su carrera tras Friends. Ya lo comenté aquí tras ver sus primeros episodios. Pero también dije que la serie tenía potencial para crecer y convertirse en algo interesante, y la verdad es que lo está haciendo muy bien. En los últimos episodios hemos empezado a ver escenas en las que Ryan King, el personaje que interpreta Perry, no aparece, y los secundarios, que algunos tienen muchísimo potencial, están empezando a brillar. Hablo, sobre todo, de Anne (Julie White), que se ha convertido en tan solo ocho episodios en una auténtica roba-escenas.
La dinámica del grupo cada vez es más auténtica y los momentos emotivos funcionan bien, algo que buscan casi más que la carcajada. Puede que el humor negro del primer episodio -donde competían para ver quién era más desgraciado- no se haya explotado demasiado, pero los comentarios ácidos que se sueltan de vez en cuando entre ellos dejan claro que no se ha abandonado del todo. Y, bueno, a mí Matthew Perry me carga a ratos, pero normalmente me parece soportable, algo que creo que es clave para disfrutar de la serie. Si sigue progresando de manera tan constante, puede convertirse en una gran comedia en muy poco tiempo.
La que no necesita evolucionar demasiado es Ben and Kate. La comedia más ignorada del bloque de los martes de Fox presentó a sus personajes en cinco minutos y antes de que acabara el primer episodio ya habíamos pillado la dinámica y el juego que desempeñaba cada uno de ellos. Busca ser muy entrañable y es bastante blanca, pero sobre todo resulta divertida de ver. Es cierto que no inventa nada nuevo, y que a veces puede parecer empalagosa, pero es increíble lo rápido que se llega a conectar con los personajes.
La clave está sobre todo en que ninguno es demasiado tonto, soberbio o repelente. Aunque todos tienen sus pequeñas excentricidades (sobre todo BJ, el personaje revelación de la temporada), no dejan de ser seres humanos normales y creíbles. Y en las comedias, donde la tendencia es siempre crear personalidades exageradas (no hay más que ver a la protagonista de The Mindy Project), resulta sorprendente. La hija de Kate es probablemente la única niña de la televisión que actúa de manera acorde con su edad. Ha renovado por solo seis episodios más, y no parece que vaya a pasar de la primera temporada, pero estos 19 capítulos pueden ser muy disfrutables.
Por otro lado, New Girl ha vuelto como se fue, con unos personajes ya consolidados y destacando sobre todo por su humor físico. Y The Mindy Project, que es de la que más se está hablando en la blogosfera, a ratos me gusta y a ratos no tanto. De momento solo se han emitido cuatro episodios, así que ya hablaré de ella más adelante, cuando tenga del todo clara mi opinión.
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