Quienes me hayan leído en Twitter
estos días sabrán que he andado un poco obsesionado con Nunca me
abandones, una novela de ciencia
ficción de Kazuo Ishiguro que me ha enganchado brutalmente y que,
además, me ha parecido bastante redonda. Este drama romántico,
narrado en forma de rompecabezas y con unos personajes bastante
interesantes, me parece un ejemplo perfecto de por qué la ciencia
ficción puede hablar del ser humano como pocos géneros lo
consiguen. No quiero revelar mucho de la trama, pero resumiendo diré
que narra la vida de tres personas, Kathy, Tommy y Ruth, que tienen
que hacer frente a un destino demasiado trágico.
Pero
como este es un blog de cine y televisión, necesitaba una excusa
para pregonar lo genial que es la obra de Ishiguro, y no he tardado
en ver la adaptación cinematográfica de Mark Romanek, que se ha
apoyado en grandes actores como Carey Mulligan, Andrew Garfield y
Keira Knightley para llevar a la gran pantalla este drama casi
existencial. Y, tristemente, y aunque en cierto modo me lo esperaba
por las críticas, la película me ha decepcionado bastante. Por
supuesto, nada tienen que ver en ello los actores: Carey Mulligan
está inmensa (cosa que a estas alturas ya no sorprende), Andrew
Garfield lleva su papel bastante bien y la pobre Keira Knightley hace
lo que puede con un personaje completamente desdibujado y
unidimensional como es Ruth.
Como
obra cinematográfica en sí, Nunca me abandones puede
ser válida: técnica y visualmente es impecable, y la banda sonora
es realmente buena. Se puede respetar en cierto modo la frialdad con
la que está realizada, aunque pienso que se contradice bastante con
lo que la historia desde un principio quiere contar. Los actores,
como digo, no lo pueden hacer mejor, y la obra tiene buen ritmo y es
entretenida. Además, logra ser interesante, a pesar
de que desvelen el misterio demasiado rápido y no vayan dejando
piezas del puzzle para que el espectador trate de armarlo.
Sin
embargo, hay muchas cosas que reprocharle como adaptación, y es que
Nunca me abandones
puede contar lo mismo que la novela en la que se basa, pero en ningún
momento supone lo mismo o marca tanto como la obra escrita. No se
trata ya de que omitan cosas (demasiadas para mi gusto) y desordenen
y se inventen otras tantas: siempre hay que entender que el cine y la
literatura son medios distintos que cuentan las cosas utilizando
técnicas diferentes. El problema, más bien, es que en ningún
momento capta la esencia de la novela, ya que mientras el material
original era mucho más reflexivo, la película pasa por encima de la
trama de manera muy superficial.
Da
bastante pena, porque una adaptación en condiciones de la obra de
Ishiguro podría haberse convertido en una gran película. Como digo,
no es mala, pero dejará muy fríos a la mayoría de los espectadores
porque no hay forma de conectar con los personajes por más empeño
que pongan los actores y por mucho que acompañe la banda sonora.
Algo falla en la adaptación de Romanek, pues a pesar de ser tan
brusca y obvia en muchos aspectos, no consigue que seamos partícipes
del trágico destino al que los protagonistas tienen que enfrentarse.
P.D.: Así que si tenéis tiempo y os fiáis de mi criterio, leed el libro, que no decepciona.
P.D.2: Cuando digo que Ruth es un personaje unidimensional y desdibujado, me refiero por supuesto a la película. En el libro resulta mucho más interesante.
P.D.2: Cuando digo que Ruth es un personaje unidimensional y desdibujado, me refiero por supuesto a la película. En el libro resulta mucho más interesante.
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