martes, 17 de julio de 2012

For your Emmy consideration


Pasado mañana, Kerry Washington (Scandal) y Nick Offerman (Parks and Recreation) anunciarán las nominaciones a los Emmy, los premios más importantes de la televisión. Mucho se ha especulado durante estos meses sobre qué series tendrán su hueco en las diferentes categorías, ya que casi es más divertido intentar adivinar qué sorpresas incluirán los académicos entre las candidatas que esperar a que luego gane tu favorita.

Mientras llega el día, uno puede ser más o menos realista y dejarse llevar más o menos por sus ilusiones. No es descabellado esperar que Homeland, para muchos el mejor estreno del año, tenga una fuerte presencia e incluso que gane, pero a estas alturas ya debemos aceptar que Community o John Noble no recibirán el reconocimiento que merecen por parte de los académicos. Tampoco parece que Emmy Rossum o Justified vayan a colarse en sus respectivas categorías a pesar de que los críticos las reivindiquen con fuerza, y otra que ha dejado de hacer ruido últimamente es Downton Abbey, que este año abandona la categoría de miniserie para competir con los mejores dramas y no parece que tenga demasiadas opciones. En definitiva: ya estamos mentalizados para observar otro monopolio de HBO y AMC (y no entro en si esto es más o menos justo).

Pero bueno, de lo que voy a hablar en esta entrada sobre todo es de The Good Wife. Pocas veces escribo sobre ella porque considero que no sé hacerle justicia a este entramado de personajes con tal dominio del subtexto, pero creo que es una de las mejores series de la actualidad y es sin duda mi favorita. Aunque la tercera temporada no ha sido tan descomunal como la segunda, también ha sido bastante genial y, por tanto, creo que sólo esto ya es motivo de sobra para que la colmen de nominaciones y le caiga algún que otro premio (a Alan Cumming, a Christine Baranski). Pero lo cierto es que me importarían más bien poco los premios si no fuera porque The Good Wife depende de ellos más que ninguna otra serie. Se emite en abierto, en la CBS, y sus audiencias no son malas pero sí de las más bajas del canal, que la sigue renovando por el prestigio que le aporta. Así que, cuantos más Emmys reciba, más posibilidades tendrá Alicia Florrick de ver una quinta temporada.

No negaré que hay muchas otras series de cadenas en abierto que me gustan, pero también es cierto que de momento no necesitan el respaldo de los premios para seguir adelante. Sin saber cómo, Fringe ya tiene asegurada su quinta y última temporada; New Girl ha sido todo un éxito (y Zooey Deschanel y Max Greenfield probablemente estén nominados), igual que Once Upon a Time y Revenge, así que a no ser que decaigan el año que viene su futuro no nos debe preocupar. Sí que puedo pensar que Robert Carlyle y Madeleine Stowe merecen un reconocimiento, pero si no lo tienen, poco importa a efectos prácticos, pues los fans valoramos su trabajo semanalmente y la serie va a continuar emitiéndose.

Así que, señores de los Emmy, tengan compasión del bufete Lockhart & Gardner, y si les gusta tanto parece, voten a The Good Wife para que podamos seguir disfrutado de ella todo el tiempo que sea posible. El matrimonio King ya nos ha dado motivos de sobra para confiar en ellos, los actores rinden siempre al 200% y cada estrella invitada que aparece (y son muchas) da lo mejor de sí. Larga vida, por tanto, a uno de los mejores dramas legales que ha conocido la televisión, y a un reflejo de la política norteamericana mucho más fiel y menos idealista, si se me permite decirlo, del que hizo Aaron Sorkin con El Ala Oeste. Sabemos que cada domingo, en cuanto terminan de ver Once Upon a Time, mandan a los niños a la cama y sintonizan la CBS. Yo también lo haría.

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