domingo, 10 de agosto de 2014

Sobras, ordenadores, sexo y flechas

Cuando he entrado al blog he flipado un poco al ver que la última entrada que tengo publicada es la lista de fin de año que hice en diciembre. Sabía que tenía esto abandonado, pero no recordaba cuánto. El caso es que, ahora que por fin he acabado la carrera y han pasado unos cuantos meses de agobio extremo, he decidido retomar esto. La constancia no es mi punto fuerte, y puede ser que lo próximo que escriba aquí sea otra lista de fin de año (porque uno no puede resistirse a eso de hacer listas), pero la intención de publicar regularmente la tengo.

Como lo importante es arrancar, esta va a ser una entrada un poco dispersa en la que voy a comentar lo que estoy viendo este verano. Un verano en el que, dicho sea de paso, no le estoy haciendo mucho caso a los estrenos: he pasado de The Strain y de Outlander, no me he puesto con The Honourable Woman ni con Manhattan todavía (aunque a éstas sí les tengo ganas)... Incluso series cuya primera temporada me gustó mucho, como Rectify o The Bridge, han vuelto y veo cómo se me acumulan los episodios en followmy.tv. También me ha pasado con Utopia, aunque a esta probablemente no vuelva, porque los últimos episodios de la primera temporada ya me dieron bastante pereza.

A la que sí le he sacado tiempo como sea es a Masters of Sex, que ha vuelto con su segunda temporada. Ya me encantó la primera, pero este verano se está confirmando como una de mis series favoritas. Sus larguísimos episodios se me pasan volando porque todos sus personajes me parecen interesantes, algo que me ocurre con muy pocas series. Además, este año están consiguiendo que Bill no me parezca despreciable -dentro de sus taras mentales, que las tiene- y que no me moleste su relación con Virginia, algo imprescindible sabiendo cuál será la deriva de esta pareja. La única pega que le pondría (aparte de que Margaret y Barton Scully están saliendo poco) son los comportamientos bettydraperescos de Libby: me parecen lógicos y coherentes, pero ya los he visto en Mad Men, y precisamente lo que me gustaba del personaje es que en una situación similar reaccionaba de manera distinta a Betty.

Otra que ha vuelto es Gravity Falls, una de mis comedias favoritas (y la única serie de animación que veo junto a Bob’s Burgers). La serie de Disney Channel ha vuelto a por todas, apostando por la continuidad y afrontando de manera directa los cabos sueltos que dejó en la primera temporada. Y con momentos cómicos muy inspirados. En serio, que no os tire para atrás el hecho de que sea para todos los públicos y vedla, porque merece bastante la pena.

También estoy siguiendo el gran estreno de HBO para el período estival, The Leftovers. Ni soy el mayor fan de Lindelof ni pienso que sea un guionista terrible. No sabe atar cabos, pero aquí no lo va a hacer, así que podemos disfrutar del camino sin centrarnos en los misterios. El comportamiento de la gente con esta serie me molesta mucho, porque muchos se quejan de que es aburrida y no está claro aún por dónde va a ir, cosa que ocurre con la mayoría de series de la cadena al principio. Por lo visto, a esta se la juzga con un rasero distinto.

De momento, me atrapa el universo creado y me gustan los personajes de Christopher Eccleston, Liv Tyler y Carrie Coon. El tercer y el sexto episodios me han encantado, directamente, y los otros funcionan a trompicones, sobre todo porque la trama de Chris Zylka no me gusta ni me intriga, sino que me parece que entorpece la serie. Por otro lado, me matan de curiosidad los ‘guilty remnants’, y espero que las razones de su comportamiento no entren dentro de los misterios que los creadores no piensan resolver (no necesito saber por qué desaparece la gente, pero esto me parece vital para conectar o no con algunos personajes).

Esta semana me he puesto también con Halt and Catch Fire, con la que me he llevado otra sorpresa agradable. No me ha parecido tan intensa y forzada como apuntaba el piloto -con esa innecesaria escena del armadillo-, y he acabado empatizando con los personajes. No es trepidante y, sin embargo, me quedan sólo dos episodios para acabarla. A su favor diré que el de Lee Pace es uno de los pocos antihéroes que he visto al que no me apetece matar en todas sus escenas. Dentro de su obsesión por el control y la manipulación, no es tan despreciable como Don Draper, Walter White o Tony Soprano. Pace está de Emmy, pero su personaje no es el único fascinante de la serie: Donna (Kerry Bishé) y Cameron (Mackenzie Davis) también lo son.

¿Otras cosas que estoy viendo a mi ritmo? Arrow, sobre todo porque tengo muchas ganas de The Flash y porque la gente habla maravillas de su segundo año. La primera temporada me está pareciendo demasiado seria para lo endebles que son algunas de sus tramas. Espero que la segunda tenga un tono más ligero o las historias cojan fuerza, porque de momento no me lo paso tan bien como querría. Me apetece algo menos DC, como promete el trailer de The Flash.

Y poco más, de momento. Me estoy intentando dosificar la brevísima temporada final de The Killing, porque echaré mucho de menos a Linden y Holder. También me he puesto en serio con Buffy (la segunda temporada me ha sorprendido) y Everwood (que para pasar el rato está muy bien aunque no soporte al protagonista). En su día vi trozos en La 2 y me gustaron, y llevaban en mi lista de pendientes demasiado tiempo.