jueves, 19 de julio de 2012

Británica obsesión


Al final, los Emmy nos han sorprendido y mucho. Aunque sí que nos esperábamos que Downton Abbey rascara alguna candidatura (a mejor drama era bastante probable y yo esperaba que Michelle Dockery optara al premio a mejor actriz), lo que no podíamos imaginar es que el fenómeno social que ha sido el drama de Julian Fellowes en Estados Unidos se tradujera en nada menos que 16 nominaciones: medio reparto -incluso Hugh Bonneville, por random que sea su personaje-, mejor drama, dirección, guión, dirección artística, casting, vestuario, fotografía, peluquería, banda sonora y mezcla de sonido. En resumen, que los académicos están enamorados de Downton Abbey.

Y puede ser criticable –si lo pensamos fríamente, Downton Abbey es un culebrón de época cuya segunda temporada ha pecado de ser demasiado complaciente con el espectador y de jugar con el tiempo a su antojo–, pero también es comprensible: la serie de Julian Fellowes no solo tiene una producción impresionante, sino que es adictiva, tiene unos personajes con bastantes grises interpretados por unos actores muy competentes y te traslada sin problemas a la época en que se desarrolla. Como reconocen los medios ingleses (que son quienes más la critican), Downton Abbey tendrá sus fallos, pero es una serie de calidad.

Eso sí, aunque Downton Abbey me gusta, no negaré que tal abuso me ha puesto de mal humor, sobre todo porque su irrupción en las candidaturas ha dejado a The Good Wife en fuera de juego, y, como dije el otro día, en su situación no puede permitirse que los Emmy la ignoren de semejante manera. Al final, Boardwalk Empire se ha mantenido firme en su posición y la serie del matrimonio King ha tenido que conformarse con nominaciones interpretativas, aunque Josh Charles y Alan Cumming también se han caído. Por otro lado, la llegada de Downton Abbey es especialmente interesante porque casi podemos decir que ha dejado sin posibilidades a Homeland, la que teníamos hasta ahora por gran favorita para desbancar a Mad Men.

Visto lo visto, puede ser que el amor que sienten los académicos por la serie británica lleve a Downton Abbey a lo más alto, o bien que la división del voto entre ésta y –la buena aunque sobrevalorada– Homeland haga que Mad Men revalide el título por quinto año consecutivo.

En comedia, las sorpresas agradables han venido de la mano de Community (los académicos se han acordado de destacar el brillante episodio 'Remedial Chaos Theory') y de Girls. Lena Dunham ha conseguido candidaturas a mejor actriz, mejor dirección y mejor guión, y su serie está entre las nominadas a mejor comedia, todo un éxito para la que muchos llaman ya “la nueva Tina Fey”. Aun así, la gran favorita sigue siendo Modern Family, y yo me alegro porque sigue siendo una excelente comedia y Julie Bowen y Ty Burrell merecen todos los premios habidos y por haber (cuantos más, mejor).

¿La parte negativa? Que se han olvidado de la que en mi opinión es la mejor comedia actual: Parks & Recreation. Amy Poehler puede ser elegida mejor actriz y su guión por el episodio 'The Debate' también puede ser premiado, pero la serie no ha corrido la misma suerte y ha visto cómo Veep le quitaba el puesto.

P.D.: No me quejo de las nominaciones a The Big Bang Theory porque aunque hay comedias mejores me sigue gustando y creo que Mayim Bialik merecía un reconocimiento. También es inútil pedir que le hagan caso a Cougar Town y a Community –que ha conseguido una nominación de milagro–, así como a los intérpretes de Fringe: ya sabemos que no pasará. Sin embargo, lo de The Good Wife y Parks & Recreation sí que ha sido un jarro de agua fría.

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