domingo, 6 de mayo de 2012

La vejez de los argumentos


Durante la pasada gala de los Goya, el presidente de la Academia de Cine se dedico en su largo discurso  a quejarse del público español. Según él, todos somos unos piratas que descargamos ilegalmente las películas y por nuestra culpa la industria está como está. Sin embargo, yo no tengo la culpa de que Lo mejor de Eva, Torrente 4 o El sexo de los ángeles me interesen más bien poco, y que por el contrario me muriera de ganas de ver Arrugas, la película de Ignacio Ferreras que no sólo estuvo nominada a los premios Annie y ganó el Goya a la mejor película de animación, sino que le arrebató, para mi regocijo, el premio a mejor guión adaptado a Pedro Almodóvar y a su Piel que habito.

No obstante, mis ganas de ver Arrugas cayeron en saco roto por culpa de la pésima distribución de la película, que no se estrenó en ninguna sala de Murcia, donde yo vivo, y he tenido que esperar al estreno en DVD para poder disfrutar de esta pequeña joya disfrazada de película humilde. Basada en un cómic de Paco Roca (también involucrado en el guión), Arrugas nos cuenta la historia de Emilio, un anciano con principio de Alzheimer al que sus hijos dejan en una residencia. Allí conoce a Miguel, un viejo relativista e ingenioso que se desenvuelve en el geriátrico como pez en el agua.

La película hace comedia con un tema que no se presta con facilidad. La melancolía que invade a los personajes es inevitable, pues la vejez y la enfermedad no son plato de buen gusto para nadie. Por eso, a pesar del tono suave que con empeño alcanza, Arrugas me ha acabado partiendo el alma. Eso no la convierte en sentimentaloide, y de hecho tiene unas cuantas escenas cómicas bastante conseguidas (esa gimnasia), y las peculiaridades de los ancianos que habitan en la residencia como mínimo sacan más de una sonrisa. Con muy pocas pretensiones, y utilizando un género menor para muchos como es la animación, se convierte en una de las producciones recientes más destacables de nuestro país.

Pero lo mejor es que, además de ser reflexiva y levemente existencial, es ligera y muy entretenida, es decir, que tiene todos los ingredientes para gustar a un amplio abanico de espectadores. No tiene madera de blockbuster, pero con una promoción, un marketing y una distribución decentes, podría haberse beneficiado del boca-oreja, al estilo de otras como Intocable, Los Descendientes o El exótico Hotel Marigold, y haber conseguido una recaudación decente. Así que la industria española quizá debería dejar de echar balones fuera y darse cuenta de que la culpa de que estemos tan mal también (y sobre todo) la tienen ellos. Arrugas merece mucho la pena, y es una cinta por la que habría pagado una entrada y me habría sentido satisfecho.

2 comentarios:

Atticus dijo...

Una pena que haya pasado sin pena ni gloria por la cartelera porque coincido contigo en que una buena promoción la podría haber ayudado, y las críticas que he leído la ponían muy bien, así que creo que habría animado a gente a ir a verla.
Yo salía encantada del cine, en el fondo es un película muy triste pero disfrutas mucho de sus momentos cómicos y el final es muy bonito.

Diego Martínez dijo...

El final es perfecto. Y, como dices, la película es extremadamente triste. Merece mucho la pena.