viernes, 25 de mayo de 2012

Maestros del humor

Que Cougar Town sea mi comedia favorita, que defienda New Girl como uno de los mejores estrenos del año, que crea que Cómo conocí a vuestra madre sigue a un buen nivel y que me ría a carcajadas con los dobles sentidos sexuales y las bromas escatológicas de Max y Caroline en 2 Broke Girls no significa que no sepa ver la realidad: no han sido las sitcoms que más han brillado este año. Vaya por delante que no llevo Community al día –ya hablaré de ella por aquí este verano cuando acabe las dos temporadas que me quedan–, quiero hacerle hueco en esta entrada a las dos comedias, a mi juicio, más inspiradas de la temporada:



Modern Family llegó hace tres años a la televisión pisando fuerte. Todos nos rendimos a los pies de esta modesta comedia que ya en su piloto consiguió que soltáramos unas cuantas carcajadas (acordémonos del momento Rey León). Ahora, con tres años a sus espaldas, la serie que nos ha descubierto la vis cómica de Julie Bowen y Ty Burrell no sólo es seguida por millones de espectadores y gana todos los premios habidos y por haber, sino que se mantiene a un nivel envidiable. Con el paso de las temporadas, el reparto se ha convertido en una verdadera familia en la que cuesta encontrar una oveja negra: todos los actores cumplen, todos son capaces de protagonizar momentos estelares si les dan las tramas adecuadas y comparten una química más que palpable. Es increíble la capacidad que tienen de involucrar a unos miembros de la familia con otros y que todo resulte tremendamente natural. Y es que ya han probado todas las combinaciones posibles con excelentes resultados. Los mejores momentos vienen, por cierto, cuando la familia al completo se reúne: el posado del penúltimo episodio de la temporada, con una discusión que recuerda a los mejores momentos de Cinco Hermanos solo que aún mejor, es impagable. Si tuviese que ponerle alguna pega, diría que a veces las tramas de Mitchell y Cameron se hacen muy repetitivas. Sin embargo, ni me molesta el tono entrañable que tiene, ni los monólogos finales en los que se habla del concepto de familia como debe hacerse: familia son aquellas personas con las que compartes el día a día, que te apoyan en los momentos difíciles y con las que compartes las alegrías. Llamadme sensiblero, pero mientras me sigan haciendo reír como pocas comedias lo consiguen, larga vida a los Dunphy y a los Pritchett. Y que vengan los premios que tengan que venir.



Aunque si hablamos de repartos brillantes, ahí tenemos a los actores y actrices que dan vida al equipo del departamento de parques y tiempo libre de Pawnee. Parks & Recreation se asomó a nuestras pantallas más tímidamente, como un spin-off frustrado de The Office que trataba de copiar su estilo y su sentido del humor. No obstante, no tardaron en darse cuenta de que, por genial que fuese el personaje de Leslie Knope, necesitaban más para funcionar. Y así fue como los personajes secundarios fueron ganando peso y, por el camino, se convirtió no en una sitcom decente, sino en un peso pesado a tener en cuenta. Ahora no sabría decir si prefiero el estúpido entusiasmo de Chris Traeger (el mejor papel de Rob Lowe) o la genial apatía de April Ludgate y Ron Swanson. Lo que sí sé es que me gustaría trabajar en el Ayuntamiento de Pawnee, la mejor ciudad del mundo, y colaborar en la campaña política de Leslie Knope. Durante los veinte minutos que dura el último episodio de la cuarta temporada (casi tan genial en su conjunto como la anterior), crees firmemente en la política, en el género humano, y tienes ganas de ser mejor persona. La cruz de la moneda, en este caso, es Tom, un personaje que nunca ha llegado a encontrar del todo el tono y que ha formado con Ann (Ann Perkins!) una pareja forzada y sin química. A pesar de que sus audiencias no son nada del otro mundo, son estables y no dan vergüenza, por no hablar de que la crítica la adora. Así que como no sólo de The Office vive la NBC, Parks se ha convertido en su nueva niña bonita y es la única comedia que ha renovado por una temporada completa. Y que dure, que dure, que nosotros queremos ver cómo Leslie Knope se convierte en presidenta de los Estados Unidos, y eso lleva su tiempo.

P.D.: Ya habrá tiempo y espacio para hablar de cine en este blog cuando llegue el verano y, por un lado, acabe los exámenes, y, por otro, comente todos los finales de temporada de los que me parece interesante hablar.

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