viernes, 4 de enero de 2013

El regreso de Jules y compañía

Mi comedia actual favorita es sin duda Cougar Town. Ya he explicado varias veces (sobre todo en mi blog anterior) que el peculiar grupo que han formado estos cuarentones que a priori solo tenían en común la valla del jardín me encanta, porque han alcanzado un nivel de complicidad –a base de ridiculizarse los unos a los otros, en realidad– pocas veces vista en otras series. Al contrario de lo que ocurre en Parks and Recreation o Ben and Kate, en las que se nota que buscan que nos encariñemos mucho con los personajes (y no nos importa porque lo consiguen), Cougar Town lo logra sin buscarlo tan descaradamente. Los protagonistas de la serie no tendrían por qué caernos simpáticos porque unos cuantos son egoístas, otros muy estúpidos y luego está Ellie Torres que directamente es pura maldad (por eso es tan grande). Y sin embargo lo hacen.

Y es que en su absurdez y su sinsentido la comedia se ha convertido en todo un happy place: los personajes tienen trabajo pero se pasan el día bebiendo, y hasta la llegada de un huracán es motivo de fiesta. Por eso, a pesar de que lo humillen de todas las maneras posibles, entendemos que Tom se esfuerce tanto en formar parte de esta pandilla porque ¿quién no querría vivir así?

Sin embargo, después de su segunda temporada la cadena ABC decidió cambiarle su horario privilegiado tras Modern Family para dejarle hueco a otras sitcoms, retrasar su estreno a midseason y colocarla en una de sus franjas malditas entre dos productos con los que no compartía público. Tras este maltrato fue directamente cancelada y rescatada por la TBS, que por lo visto es lo mejor que le ha podido pasar a la serie. Su nueva cadena, que al menos sabe que la serie existe, la está promocionando de las maneras más originales posibles (no hay más que seguir su canal de YouTube) para que la gente no se olvide de ella. Hasta le ha hecho una promo "a lo 2004" en la que los actores aparecen tirándose vino.

Pero aunque el episodio con el que se despidió la tercera temporada allá por mayo fue muy grande y la espera hasta la cuarta entrega se ha hecho eterna, lo cierto es que el año pasado hubo unos cuantos episodios en la primera mitad de la temporada que no estuvieron demasiado inspirados y en los que la serie estuvo un poco por debajo del nivel acostumbrado. Por suerte fue un bache que superaron pronto (los últimos episodios fueron geniales), pero sobre todo les ocurrió por ser demasiado conscientes de si mismos y por centrarse demasiado en las autorreferencias –que siempre molan pero que no sostienen una comedia por sí solas–, olvidándose de ser tan grandes como en su segundo año.

Como digo, fue algo que duró bastante poco (y sinceramente que no estuvieran a pleno rendimiento no me impidió disfrutar mucho con ella), pero las nuevas promos de la serie, que se están centrando mucho en remarcar la identidad de la misma, en apuntar que no tiene nada que ver con su desacertado título y en resaltar las personalidades exageradamente tópicas de los protagonistas me hace temer otro leve bajón. Esperemos que no, porque quiero que esta cuarta temporada no sea la última y quiero seguir disfrutando con ellos del vino en casa de Jules.


P.D.: Si alguien se anima a echarle un vistazo a la serie después de leer esta entrada, que sepa que los primeros episodios son bastante malos. No es que la serie estuviera buscando su tono, es que directamente era algo completamente distinto y sin gracia. Os recomiendo que tengáis un poco de paciencia o que directamente los ignoréis y empecéis a verla a partir del 1x10 más o menos, que se entra en la dinámica enseguida y sin problemas. La serie, por cierto, vuelve el 8 de enero.

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