miércoles, 19 de septiembre de 2012

El arquetipo del éxito


Dentro de la televisión americana, Revolution viene a cumplir una función que de un tiempo a esta parte parece necesaria: es el drama serializado del año. Flashforward, The Event o Terra Nova, cada cual más patética que la anterior, fueron las apuestas más ambiciosas de sus cadenas en el año en que se concibieron. Todas se estrenaron con unas audiencias estratosféricas y todas acabaron siendo canceladas al final de la temporada. Aparecieron a raíz de un público que se encontraba huérfano de un drama coral serializado cuando acabó Perdidos, sin ser ninguna de ella conscientes de que no podrían imitar al fenómeno de ABC mientras no contasen con unos personajes medianamente interesantes que sobrevivieran al concepto.

Y, bueno, en realidad el primer episodio de Revolution no está tan mal. Tiene un piloto más potente, en mi opinión, que los de The Event y Terra Nova, y plantea un misterio que me genera curiosidad. La ambientación está bien conseguida (aunque, como comentan en Central Perk Podcast, no entiendo por qué narices no cortan las plantas que crecen por cualquier rincón), pero el bajo presupuesto se nota (seguramente Terra Nova seguiría entre nosotros si no se hubiesen gastado tal burrada de dinero en producirla, que sus audiencias no eran tan malas). Eso por no mencionar a los personajes tópicos, carentes de interés y carisma, y la sensación de que esto ya lo hemos visto una y otra vez y pretenden volver a estafarnos. Las reminiscencias a Los Juegos del Hambre y la vergonzosa pelea de espadas no ayudan, aunque le daré un par de episodios de margen, que tengo la esperanza de que profundice en la personalidad de algunos secundarios y el misterio se desarrolle medianamente bien. Los adolescentes protagonistas, eso sí, son odiosos a la par que malos actores.

Y a cumplir una función necesaria (ser el procedimental del año en la CBS) viene también Elementary, el enésimo producto basado en las novelas de Arthur Conan Doyle, que nos presenta a un Sherlock Holmes ex drogadicto que vive en Nueva York. Lucy Liu interpreta a Joan Watson, una cirujana retirada que se dedicará a evitar que éste recaiga, le acompañará las 24 horas del día y, de paso, le ayudará (o tratará de seguirle) en la resolución de sus casos. Y de momento como procedimental me llama la atención porque la relación entre los protagonistas y sus interacciones es interesante. Sí es cierto que Liu está muy contenida y Jonny Lee Miller bastante exagerado, pero confío en que con el tiempo acaben de cogerle el punto a sus personajes.

Los problemas de la serie, en mi opinión, pueden ser culpa más bien de los casos que éstos tienen que resolver. El asesinato del piloto no es demasiado interesante y tiene una resolución bastante inverosímil, y aunque este aspecto también puede mejorar, es raro que en una serie de este tipo no arranque con un caso más potente, por lo que puede que esto sea lo mejor que puede salir de la cabeza de los creadores. De todas formas, me apetece bastante seguir con ella y ver lo que puede dar de sí, que últimamente ando corto de procedimentales.

Revolution ha sido el mejor estreno de una serie en cinco años y probablemente Elementary triunfe también cuando se estrene. A falta de comprobar cómo se mantienen, está claro que las dos ficciones nacieron con la clara idea de triunfar, pero pueden ser la prueba viviente de que una serie (al contrario que algunas películas) no puede vivir sólo de una idea.

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